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Second: primeros del año

Sánchez-Quiu

Agosto de 2017. Una figura espigada, envuelta en la habitual oscuridad de su indumentaria, se mimetiza con la negrura de la noche borjana, llena sus pulmones de aire y entona cual tenor una estrofa de Nivel inexperto. Durante unos minutos, el cierzo del Moncayo enmudece, quizás sorprendido por quién osa elevar la voz por encima de sus silbidos, y nos da una tregua. Sean Frutos, frontman de Second, y no el viento (todavía), acababa de dejarnos petrificados. El cierzo se lo haría pagar más tarde a Elefantes y a Miss Caffeina, el resto del cartelazo de aquel maravilloso primer Festival Amante de Borja.


Fue nuestro viaje iniciático al mundo lírico de esta banda murciana que tan pronto puede empujarte a un baile desenfrenado como desgarrar tus emociones con una de sus intensas composiciones hasta conseguir, en ambos casos, dejarte sin aliento. Después llegaron los conciertos de la Sala Apolo y el Live the Roof en Barcelona y del Granada Sound, todos en 2019, dentro de la gira de su último álbum Anillos y raíces.


Y llegó el 2020 y todo se paralizó: vidas, trabajos, emociones... y también conciertos.


Por suerte, todo pasa, incluso lo más terrible, y justo un año después de la anulación del concierto de la Sala Barts, dentro del Festival Guitar BCN, pudimos volver a disfrutar de un concierto en directo; pudimos volver a sentir con Second.

Fue nuestro viaje iniciático al mundo lírico de esta banda murciana que tan pronto puede empujarte a un baile desenfrenado como desgarrar tus emociones con de sus intensas composiciones hasta conseguir, en ambos casos, dejarte sin aliento.

SENSACIONES


El concierto estaba dividido en dos sesiones para poder dar respuesta al sold out que se esperaba desde hacía un año y no dejar a ningún espectador sin asiento. La primera sesión era a las 18:00 horas y la segunda a las 20:00 horas. Quizás, siendo estrictos, deberían haberse espaciado más las localidades, por lo de la distancia entre espectadores, sobre todo con las filas precedentes y posteriores, que no era muy amplia.


Por otro lado, tenemos que reconocer que no esperábamos que la actuación se alargarse más allá de la hora y cuarto por motivos obvios (desalojo del local, limpieza y resto de preparativos para la siguiente sesión), pero la sorpresa fue que se alargó casi hasta la hora y tres cuartos, una duración más que aceptable.



El grupo preparó un repertorio en semi-acústico. Entre las normas de seguridad sanitaria (mascarilla en todo momento, ausencia de servicio de bar, butacas y la prohibición de levantarse del asiento) y la consigna clara de que la cosa no podía desmadrarse, no había otra opción. Hubo momentos en que nos dio la sensación de estar en la grabación de un Básico 40 o un MTV Unplugged, donde tienes que comportarte para no fastidiar el video o grabación en directo.


Y sí. Nos comportamos. Hubo diversos conatos de rebelión, pero fueron sofocados por el servicio de orden del local junto a la inestimable ayuda de Sean, que llamaba a la calma recurrentemente, aunque no pareciese muy convencido de ello. Resultaba curioso ver cómo, de vez en cuando, él mismo se entusiasmaba y hacía el movimiento de manos característico animando a saltar al público para, acto seguido, cuando se daba cuenta de su inadecuado (en tiempos pandémicos) acto reflejo, se llevaba una mano al cogote, como quien trolea un choque de manos, y se daba la vuelta representando una evidente marcha atrás. Y nunca mejor dicho. En varias fases del concierto, la sensación fue como la de un inacabable coitus interruptus.


Resultaba curioso ver cómo, de vez en cuando, él mismo (Sean) se entusiasmaba y hacía el movimiento de manos característico animando a saltar al público para, acto seguido, cuando se daba cuenta de su inadecuado (en tiempos pandémicos) acto reflejo, se llevaba una mano al cogote, como quien trolea un choque de manos, y se daba la vuelta representando una evidente marcha atrás.

LA ACTUACIÓN


A pesar de todos los impedimentos que hemos ido enumerando, el concierto se desarrolló de una forma muy solvente. No puedo evitar pensar que los Live the roof del 2019 ayudaron a la banda a no partir de cero en la preparación de este tipo de conciertos. Recuerdo cómo en el de Barcelona los chicos bromeaban con que era la primera vez que tocaban en directo los arreglos de varias de las canciones.


La banda inició esta inusual merienda-cena musical con Conocerte, de su primer álbum íntegro en castellano Fracciones de un segundo (2009), reeditado recientemente. A esta le siguió uno de los mayores éxitos del grupo y una de nuestras preferidas, 2502, en una versión rebajada de revoluciones. Ahí ya nos dimos cuenta de que la intención era discurrir por el lado sosegado del rock. Y, ¿por qué no? De todas formas, ni esa intención ni la amortiguación sonora que provocaban las mascarillas impedían corear las estrofas a pleno pulmón. Le siguió más caña con Nueva sensación. Recomiendo escucharla cada mañana: eleva el ánimo. Tras Quién pensaba en eso y la cada vez más asentada Invierno dulce, llegó un primer plato fuerte: Nivel inexperto. Contar con una de las mejores voces masculinas del momento, si no la mejor, es un seguro de vida, y el grupo lo sabe y lo aprovecha. Con esta canción, Sean desplega todo su poderío, que es imposible que deje indiferente a nadie que tenga un mínimo de sensibilidad.


A esta le siguió uno de los mayores éxitos del grupo y una de nuestras preferidas, 2502, en una versión rebajada de revoluciones. Ahí ya nos dimos cuenta de que la intención era discurrir por el lado sosegado del rock.

Después de sacudirnos tanta emoción, nos preparamos para Entre versos de placer y Teatro infinito.


Entonces se produjo uno de los momentos más simpáticos de la noche. Fran, que acababa de ser rebautizado como Narciso, en modo irónico, nos sorprendió cantando al piano unas pocas estrofas de una canción que, nosotros, no conseguimos descifrar. Su voz, si cabe, es todavía más profunda que la de Sean. Cuidado señor Frutos.


Contar con una de las mejores voces masculinas del momento, si no la mejor, es un seguro de vida, y el grupo lo sabe y lo aprovecha.

Tras la liberadora Muérdeme, el grupo estrenó en directo sus dos últimas creaciones: Canción de despedida y En la cuerda fuerte. El final estaba muy cerca. Un último chute con Mira a la gente antes de los extras, que fueron Más suerte; Sonará en todas partes; Rodamos, que deseamos sea profética en todos los niveles; y, como no, Rincón exquisito.


CONCLUSIÓN


Mención a parte merecen las anécdotas, como el rebautizo de Fran Guirao como NARCISO; o el detalle de Sean (Nando, por ejemplo, no lo recordaba) con el público de Barcelona al recordar cómo en el concierto de la Sala Apolo los asistentes de aquel dia improvisaron una vuelta de tuerca del estribillo de Rincón Exquisito; una vuelta que, desde entonces, el grupo incorpora en todos sus directos.


Personalmente, eché en falta algunas de mis preferidas como Primera vez (sobre todo); Atrévete; Psicopático o En otra dimensión.


En definitiva, a pesar de todos los impedimentos, Second volvió a enamorar a sus incondicionales de esta parte de la península, que seguimos ansiando más presencia en nuestra tierra de grupos del panorama indie español. Reconocemos que disfrutamos más la actuación de la Sala Apolo de 2019, pero qué le vamos a hacer, si queremos música en directo tiene que hacerse de forma segura. Por lo menos de momento.


Second volvió a enamorar a sus incondicionales de esta parte de la península, que seguimos ansiando más presencia en nuestra tierra de grupos del panorama indie español


Sergio Sánchez-Quiu (Sergio Bailable)

 

La mirada de SANDRA PHARREL


Antes de una primera intervención, sirva la presente de presentación: apodada por Sánchez-Quiu para su página como Sandra Pharrel, pareja de baile y personaje secundario (no por ello menos importante). Aplausos.


Gracias a esta adorable característica de mi personalidad, Sánchez-Quiu me ha pedido que en contraposición de sus bien narrados textos que dulcifican cualquier circunstancia, meta yo mi puntilla, o un, vulgarmente conocido, ¡zasca!.

Dicen las buenas lenguas que siempre pongo la puntilla. Si sirve de ejemplo, formo parte de un grupo de amigas a las que otros bautizaron como LAS PERO. Ya pueden hacerse ustedes cargo, entonces, de que tiendo a ver la bolilla en el calcetín (aunque me encanten sus zapatos), el pelo en la sopa (aunque esté exquisita), el lamparón en la americana (aunque esté "güenorro") o la cucaracha de turno (también me apodan, en ocasiones, como La que ve cucas).


Es decir, normalmente tengo más claro lo que me desagrada que lo que me gusta, por lo que tiendo a expresar en voz alta, sin reparo, los aspectos negativos de las cosas. Me retrato así un tanto siesa (léase, persona demasiado seria, formalista, retraída, desabrida y antipática (sin llegar a ser agresiva)), y me parto y me gusto, porque eso es... verdad. En mi defensa diré, que tengo otras muchas cualidades, que no vienen al caso y que tampoco son útiles para el fin que se me requiere, salvo la sinceridad, que sí utilizaré.


Gracias a esta adorable característica de mi personalidad, Sánchez-Quiu me ha pedido que en contraposición de sus bien narrados textos que dulcifican cualquier circunstancia, meta yo mi puntilla, o un, vulgarmente conocido, ¡zasca!.

Como bien ya les ha puesto en situación más arriba the writer, conocimos el directo de Second hace ya unos años y hemos tenido la oportunidad de disfrutarlos en varias ocasiones. Respecto al grupo no puedo decir prácticamente nada negativo. Estuvieron correctísimos, que es lo máximo a lo que se puede aspirar inmersos en esta aura de contención que envuelve todo. Ellos pueden hacerlo: son buenos músicos, tienen preciosas letras y a un gran vocalista. Tienen capacidad para desarrollar un recital entretenido, emocionante y solvente, apto para estar sentado escuchando y mirando sin más, que es mucho.


Estuvieron correctísimos, que es lo máximo a lo que se puede aspirar inmersos en esta aura de contención que envuelve todo. Ellos pueden hacerlo: son buenos músicos, tienen preciosas letras y a un gran vocalista. Tienen capacidad para desarrollar un recital entretenido, emocionante y solvente, apto para estar sentado escuchando y mirando sin más, que es mucho.

Quizás la puntillita para al grupo vendría por la parte de la puesta en escena, que se torna más evidente ante la obligada pasividad de los espectadores. En las últimas actuaciones que habíamos presenciado había captado una mejora en ese aspecto, en su imagen y vestuario; daba la sensación que estaban más lustrosos, más rock stars. En esta ocasión, me ha dado la impresión de que han vuelto a la sencillez y el desaliño de hace unos años. Yo lo siento, quizás sea una cuestión algo superficial, pero a mí, en el escenario, el momento divo me pone. Creo que deberían recuperar ese cuidado por la estética y la presentación escénica.


No obstante, mi “peeero” pone el foco en el proceso de adaptación que todos estamos sufriendo. En el sí se puede, pero en realidad lo que se puede es otra cosa. Me refiero a la ilusión de ir a un lugar con un deseo preconcebido y encontrarte un sucedáneo; con un formato forzadamente acústico y sus circunstancias: el control de las emociones, del baile, de la movilidad, del consumo y un bozal en la boca. El estar rodeado de mucha gente, pero estar solo. Esto nos aleja del ansiado momento, de la verdadera esencia de los conciertos, de lo que se había conocido hasta la fecha como "sexo, drogas y rock&roll".


Evidentemente, hay que apoyar a la cultura. Y la cultura es segura, pero no en el formato que hasta la fecha conocíamos. Ahora para ser segura se ha convertido en otra cosa, por lo que tendremos que armarnos de paciencia antes de poder ir de nuevo a lo que nosotros consideramos como "ir de concierto".


Hasta entonces, como bien nos canta Second en Rodamos:


“Volveremos a intentarlo

Y volveremos a probarlo

Y volveremos a entendernos

Volveremos a empezar de cero”.


No obstante, mi “peeero” pone el foco en el proceso de adaptación que todos estamos sufriendo. En el sí se puede, pero en realidad lo que se puede es otra cosa. Me refiero a la ilusión de ir a un lugar con un deseo preconcebido y encontrarte un sucedáneo; con un formato forzadamente acústico y sus circunstancias: el control de las emociones, del baile, de la movilidad, del consumo y un bozal en la boca. El estar rodeado de mucha gente, pero estar solo.

Sandra Pharrel

 


SECOND:

  • Sean Frutos – cantante

  • Jorge Guirao – guitarra

  • Nando Robles – bajo

  • Fran Guirao – batería


Setlist de SECOND en el GUITAR BCN

  1. Conocerte

  2. 2502

  3. Nueva sensación

  4. Quién pensaba en eso

  5. Invierno dulce

  6. Nivel inexperto

  7. Entre versos de placer

  8. Teatro infinito

  9. -Momento "Narciso" Guirao-

  10. Muérdeme

  11. Canción de despedida

  12. En la cuerda fuerte

  13. Mira a la gente

Extra:

  1. Más suerte

  2. Sonará en todas partes

  3. Rodamos

  4. Rincón exquisito


Y la semana que viene más.


Gracias a la rapidez de Sandra con la compra de entradas, seremos dos de los privilegiados que asistirán al concierto de Love of lesbian, en el Palau Sant Jordi, del próximo 27 de marzo. Sí, ese del experimento.


Esperamos pasar la prueba de antígenos de la mañana y poder trasladaros todo lo que allí sintamos antes, durante y tras la actuación.


DON'T STOP THE MUSIC


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